viernes, 10 de noviembre de 2023

 

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        Quería aprovechar la oportunidad que tenemos de colgar dos posts de temática libre para dejaros una reflexión final. Comenté una vez en clase soy “maestro compostador”, supongo que a muchos eso del compostaje os suene algo lejano. Os hablaré un poquito de que es eso de compostar:

        El sector de sostenibilidad medioambiental está cada día más integrado en las sociedades occidentales, tanto por la creciente concienciación social de la población como por la iniciativa legislativa. La forma de gestionar los diferentes tipos de residuos tiene un impacto positivo o negativo en función de cómo se realice.


        A partir del fin del año 2025 al menos el 75% de la basura que llegue a los vertederos, procedente de viviendas y comercios, tendrá que estar separada en origen, es decir, habrá que hacer una selección previa obligatoria en casa y los servicios municipales o de las Mancomunidades realizar una estricta recogida selectiva de los residuos para cumplir la normativa europea. Conseguir llevar todo ello a la práctica, no será sencillo ni barato (llevamos incumpliendo plazos desde hace años).

        El compostaje consiste en una tecnología que transforma residuos orgánicos en un material estable y utilizable de forma segura, que además puede usarse más tarde como abono o sustrato, mejorando estructura del suelo, la biodiversidad y minimizando plagas. Aparte de generar compost, esta actividad permite un reciclaje sostenible de la materia orgánica que de otra manera debería ser recogida y procesada en vertederos generando un gasto para las administraciones locales y un aumento de las emisiones de gases de contaminantes o de efecto invernadero debido al consumo de combustibles fósiles en el transporte de estos materiales.

        Los residuos vegetales procedentes de las labores de jardinería de los municipios y particulares (restos de poda, siega, hojas, setos) generalmente acaban en los contenedores de orgánica, al no haber lugares específicos para la eliminación o puesta en valor de estos restos vegetales, caracterizados por ser residuos bastante pesados y ocupar un gran volumen de espacio, sobre todo en determinadas épocas del año. En ocasiones es frecuente ver que se queman o se abandonan en caminos o vertederos incontrolados. Estos residuos, en especial las siegas de césped o praderas, como pasa con otros derivados de la alimentación humana, por su rápida fermentación, pueden generar lixiviados y malos olores. Esto va a requerir una mayor frecuencia de recogida que el resto de los desperdicios, en general inertes como los envases, especialmente en los periodos más calurosos del año. Reciclarlos en una planta de tratamiento lejana no parece la solución medioambientalmente más apropiada por el efecto de los costes medioambientales y económicos de logística y transporte. La solución más eficiente puede ser fomentar que enclaves de menor tamaño (el municipio, grupos de municipios o mancomunidades) conviertan dichos residuos en compost y los empleen como enmienda orgánica para zonas verdes o agricultura.

        Y aquí entramos los jardineros, debemos concienciarnos en practicar una Jardinería Regenerativa (como debería ser la Agricultura), en la que los restos vegetales se retornen al suelo de manera estética por el uso del acolchado de picadura de restos o como abono orgánico en forma de compost.

        Os animo a todos a compostar, se puede hacer en una casa, incluso en un piso o buscar iniciativas de compostaje comunitario cerca de vuestra vivienda. Podéis hacer lombricompostaje o técnicas de compostaje en caliente, todo vale para ayudar. ¡Si queréis, podéis, y yo os ayudo!.

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